LAS COMUNIDADES RELIGIOSAS


Durante la Regeneración la firma del concordato en 1887 entre el Estado colombiano y la Santa Sede consolidó la relación entre estas dos instituciones que años atrás habían entrado en discordia durante la época federalista. Firmado el pacto, los gobiernos conservadores buscaron el apoyo de la Iglesia católica, a través de las diferentes comunidades religiosas extranjeras para administrar y dirigir las escuelas, colegios e instituciones privadas en las cuales se encargarían de educar a niños y jóvenes, mediante un nuevo discurso educativo basado en la tradición y la moral cristiana, fundamentadas principalmente en las buenas costumbres, todo ello con el fin de civilizar y disciplinar a los estudiantes. 

Estas comunidades religiosas llegadas principalmente de Francia contribuyeron ampliamente con su experiencia al sistema de instrucción pública en aspectos como la inspección escolar, el manejo de la disciplina, la administración de los establecimientos educativos, proporcionar maestros en lugares alejados, aplicar técnicas de enseñanza, entre otras actividades. Para el caso de la Provincia de Popayán y en particular su capital, la llegada de las comunidades religiosas fue bien recibida dado que esta era una sociedad tradicionalista, moralista y profundamente conservadora. Así pues, entre 1880 y 1891 llegaron al país 10 comunidades religiosas femeninas y 13 masculinas[1]. En el territorio caucano se pueden destacar  a  los hermanos Maristas, los Salesianos, los hermanos de las Escuelas Cristianas, las hermanas Betlemitas y las hermanas Vicentinas.

Los hermanos Maristas

Convento San Camilo y la comunidad Marista hacia 1943 Fuente:https://lapresenciamarista.com/tema/en-popayan/pagina/2/

La llegada de la comunidad de los Maristas se dio por una invitación en 1888 por parte del Ministro de Colombia ante el Vaticano, para venir al Cauca a encargarse de la dirección de dos escuelas en este departamento. En respuesta a su petición los hermanos Maristas se comprometieron a dirigirlas, y es así como el 26 de noviembre de 1889 llegaron a Popayán siete hermanos europeos y el 4 de diciembre tomaron posesión de la escuela oficial del Carmen, iniciando clases el 20 de enero de 1890 con cerca de 360 alumnos.


Claustro San José  comunidad Marista 1945 Fuente: https://lapresenciamarista.com/
Hacia 1925 los hermanos Maristas ya habían fundado varios colegios en todas las ciudades de varios departamentos al suroccidente del país. En la ciudad de Popayán se fundó el reconocido colegio Champagnat y la escuela de San Camilo esta última fundada por la comunidad Marista el día 4 de Octubre de 1932. Su primer director fue el hermano Tobías León iniciando las labores educativas en la casa frontera a la Capilla Villamarista. Posteriormente se trasladó a la sede que construyo la comunidad en la carrera 9 entre las calles 10 y 11, ahí permaneció por muchos años hasta principios de la década del 70. En 1974 la comunidad entrega todo lo que posee la escuela a la Asociación de Padres de Familia, esta a su vez nombra al profesor José Omar Domínguez Arce como director de la escuela, cargo que desempeña por 24 años consecutivos hasta 1998, año en que las directivas de la Asociación de Padres de Familia entregan el establecimiento a la Secretaria de Educación Departamental.

Las hermanas Vicentinas

Otra de las comunidades que llegaron a Popayán a finales del siglo XIX fueron las hermanas Vicentinas quienes llegaron de Francia con la misión de dedicarse de lleno a dos actividades fundamentales: la educación y la salud. Esta comunidad fundada por San Vicente de Paul y Luisa de Marillac se caracterizaba por resaltar entre sus seguidoras las virtudes de la modestia y la pobreza. Cabe destacar que la llegada de las hermanas Vicentinas al Cauca se dio mediante el aporte y colaboración económica de señoras prestantes de la época.

Entrada principal de la antigua concentración escolar San Agustín. Fuente: Imagen tomada por Cartene Borboes Ojeda   

Después de llegar al puerto de Buenaventura y de pasar muchos obstáculos por las malas condiciones de las vías de comunicación y la inclemencia del clima, las hermanas Vicentinas llegaron a Popayán en el año de 1888. Poco tiempo después de su llegada iniciaron sus labores prestando el servicio de salud a la población más humilde de la ciudad, ubicándose para esta actividad en el hospital Primo Pardo. Luego la comunidad se enfocó a trabajar por la educación de las niñas y con la ayuda de algunas familias de la sociedad payanesa se fundó una escuela muy cerca a la iglesia de San Agustín motivo por el cual recibió este nombre la escuela empezando sus labores el 8 de octubre de 1888 bajo la dirección de la hermana sor Antonieta Lafay. Con el tiempo el sobresaliente trabajo de la comunidad se reflejó con la enseñanza tanto a nivel de primaria como de secundaria y hacia 1955 con ayuda del gobierno se construye una sede más amplia para acoger más estudiantes. Finalmente la comunidad vicentina luego de 110 años de labor ininterrumpida entrega la dirección del establecimiento educativo a las autoridades departamentales de educación en 1998.
Los hermanos Cristianos


Claustro de El Carmen. Fuente: imagen tomada por Cartene Borboes Ojeda
Entre las congregaciones más importantes que llegaron a Colombia  y desarrollaron la labor de enseñanza se encuentra la de los hermanos de las Escuelas Cristianas. Esta comunidad originaria de Francia fue fundada por el educador Juan Bautista de la Salle en 1664 y llegaron a nuestro país provenientes del Ecuador en 1890 por invitación del obispo de Medellín para dirigir un colegio de varones en la capital antioqueña y seguidamente en 1892 recibieron la autorización de crear un colegio en la ciudad de Bogotá[2].

En el caso del Cauca y ante la falta de personas idóneas para hacerse cargo de la dirección de las escuelas primarias, el gobernador del Cauca en 1889 gestiono por intermedio del general Joaquín Fernando Vélez la posibilidad de conseguir en Francia a 30 hermanos de las Escuelas Cristianas. Por otra parte, el mismo año una asociación de padres de familia de la ciudad de Popayán reunió y envió a Europa fondos necesarios para trasladar a 6 hermanos que debían regentar las escuelas de varones de esta capital. Sin embargo, ninguna de las dos gestiones tuvo éxito y los hermanos de las Escuelas Cristianas se instalaron y fundaron colegios privados en las ciudades y pueblos de los departamentos de Cundinamarca, Antioquia y Tolima, como también en ciudades de la costa atlántica Barranquilla y Cartagena[3].


[1] Cristhian James Díaz M., fsc* / José Raúl Jiménez I.* / Daniel Turriago R. Los Hermanos de las Escuelas Cristianas y la coyuntura histórica de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX en Colombia. Revista Actualidades Pedagógicas No 47: 75-88 / Julio - diciembre 2005, p 83.


[2]] Helg, Aline. La educación en Colombia: 1918-1957. Editorial Plaza y Janes, Bogotá, 2005. 




[3] Ibíd, p, 78.

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